
Estamos consagrados y comprometidos en el seguimiento de Jesucristo tal y como propone el Evangelio; vivimos en comunidad fraterna, y nos consagramos especialmente a Dios en el servicio a la juventud extraviada.
El P. Luis Amigó inicio su apostolado entre los reclusos de los penales. Con ellos, penados también, hay jóvenes e incl uso niños. Esta experiencia constituye el germen fundacional de nuestra Consagración. El estado de destrucción que advierte en unos y otros le hace pensar en un trabajo preventivo a favor de los más jóvenes.
Así es como concibe nuestra misión. Este es nuestro carisma; Este su testamento; Estas, sus palabras:
Vosotros, mis amados hijos e hijas, a quienes Él ha constituido Zagales de su rebaño sois los que debéis de ir en pos de la oveja descarriada hasta devolverla al aprisco del Buen Pastor
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